sábado, 14 de abril de 2018

Fe de erratas

Por increíble que pueda parecer, la mayor parte de los innumerables mensajes que llegan a la redacción de MNBC son de seguidoras y amigas. En la última semana hemos recibido una en la que, en términos muy correctos (todo hay que decirlo), se nos instaba a rectificar el contenido de una de nuestras entradas; en concreto, la publicada el pasado 18 de febrero, titulada "Nueva adquisición".

Como recordarán nuestros lectores, en esa entrada dábamos cuenta de la nueva e impresionante pintura mural que puede admirarse en el túnel que atraviesa la M-40 por debajo, por el que pasamos con mucha frecuencia en nuestras bicicletas camino del Monte de El Pardo. Transcribo a continuación una parte del mensaje de nuestra seguidora (y, queremos pensar, amiga), quien ha preferido permanecer en el anonimato, aunque nos ha autorizado la publicación de las siguientes líneas:
  • Desde que aquel memorable viernes, 23 de diciembre de 2011, MNBC publicara su primera entrada, no me he perdido ni una. Y puedo decir que la vida de MNBC ha sido, un poquito, parte de mi vida: he pasado frío con vosotros en la Fuenfría, he sentido la emoción de las carreras en las que habéis participado, he vibrado con vuestra campaña de Bicis para Tetuán (compré media docena de camisetas que todavía están por casa), he cruzado el Estrecho de Gibraltar con vosotros y me he enternecido con los niños de Tetuán... En fin, que los de MNBC sois como de la familia. El motivo de mi correo, no obstante, es daros un pequeño tirón de orejas, por lo que decís en la entrada "Nueva adquisición". Estoy convencida de que el fallo es involuntario y que el problema radica en que cuando sacasteis la foto del mural, la pintura no estaba concluida y, por tanto, no os disteis cuenta de que, en la parte de abajo, a la izquierda, hay esbozada una bicicleta, que ahora, cuando el mural se ha acabado, puede verse perfectamente, como podéis ver en la foto que os adjunto. Así pues, lo que decís de que (cito literalmente) "es bastante evidente que la pintura representa a un niño absolutamente desolado porque los Reyes Magos no le han traído una bicicleta" no es así. Yo más bien pienso que es bastante evidente que la pintura representa a un niño cuyo padre no dedica suficiente tiempo a jugar con él porque dedica demasiado tiempo a montar en bici, e intenta suplir esa falta de la insustituible presencia de un padre con una montaña de juguetes, bicicletita incluida. Os agradeceré la publicación de este correo (y la foto adjunta), sin revelar mi identidad. 
¿Qué decir? La foto que nos adjunta nuestra seguidora (y, queremos pensar, amiga) es incontestable. Efectivamente, la bicicleta está clara, con lo que nuestra inicial interpretación se cae por su propio peso, y la de nuestra seguidora (¿amiga?) tiene muchos visos de verosimilitud.

En nuestra defensa diré que en la página principal de este blog puede leerse que "compartimos la afición al mountain bike y la necesidad de hacer compatible la práctica de este deporte con nuestras obligaciones familiares" (el subrayado es mío). Pues eso. Así que si alguno de nuestros bikers se da por aludido con la indirecta de nuestra amiga...,

¡Que se aplique el cuento!


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