domingo, 8 de septiembre de 2013

El noctambiker y el madrugabiker

Volvemos hoy a presentar en este blog más especímenes de la fauna biker. Hoy es el turno de dos tipos de biker que, aunque pueda parecer que tienen planteamientos antagónicos, están unidos por un mismo objetivo: sacar, de donde sea, tiempo para montar en bici. Y es que, como ya expliqué en su día en la entrada titulada "El bono-bici", a muchos bikers les preocupa hacer compatible la práctica de su deporte favorito con la atención a la familia. Una opción que evita conflictos es buscar momentos en los que la ausencia del hogar se dé en momentos en que la mayoría de sus miembros están durmiendo, es decir, o tarde por la noche o temprano por la mañana. Normalmente, decantarse en un sentido o en el otro depende del biorritmo del interesado. Los hay noctámbulos, que resucitan por las noches como el conde Drácula, y los hay que a esas horas están fundidos y pierden el conocimiento en cuanto se tumban en la piltra; los hay de los que no les importa madrugar y se levantan sin mayor problema, y los hay a los que se les pegan las sábanas y con los que no se puede contar para salidas domingueras antes de las once de la mañana. 
 
Al noctambiker le gusta la noche, a la que considera "joven" y, provisto de unos buenos focos, no tiene inconveniente en rodar en la oscuridad, con todas las sorpresas que el campo depara a esas horas. Las salidas nocturnas son una auténtica gozada, pero a la mayoría (me incluyo) nos gusta en pequeñas dosis. Al noctambiker lo que le gusta realmente es la salida nocturna. No cualquiera vale para noctambiker; de hecho, en MNBC solo tenemos a Eduardo, de momento.
 
El madrugabiker, por el contrario, prefiere dormir unas horas, aunque sean pocas, y ver amanecer en el campo desde el sillín de su bicicleta (espectáculo, dicho sea de paso, alucinante donde los haya). A esas horas el campo también depara muchas sorpresas, ya que hay mucha fauna (de todo tipo) que todavía no se ha retirado; se puede encontrar uno hasta noctambikers a los que la ruta se les ha alargado más de la cuenta.  En MNBC somos varios los madrugabikers. Héctor es quizá el más destacado. Para quien no lo haya experimentado todavía, recomiendo en los días de verano (en que a las siete de la mañana ya hay luz más que suficiente para pedalear) una salidita rápida (por los montes de El Pardo, por ejemplo) de siete a ocho, ducha y a trabajar: ¡se lleva el día mucho mejor!
 
Como todo, y como siempre, el noctambikerismo y el madrugabikerismo pueden acabar convirtiéndose en subterfugio del criptobiker. ¡Esto es lo que hay! 

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